jueves, 2 de mayo de 2013

Donostia-Hondarribia Trail 2013

06:30 de la mañana del domingo 28 de abril del 2013. Suena la alarma y me despierto un poco cansado pero ilusionado. Tengo buenas sensaciones para la carrera que me espera. Es la tercera edición de la llamada Talaia Bidea, y es, también, la tercera vez que la voy a correr.En la cocina me espera un plato de arroz blanco con zanahoria para desayunar, preparado la noche anterior. Quedan 3 horas para la salida en Donosti, y parece que la lluvia nos va a respetar. Todo según lo previsto.

Después de preparar la mochila, salgo de casa a las 7:30, ya que he quedado con 3 amigos más para ir los 4 juntos a Donosti y compartir los nervios pre carrera. Hacia las 8:30 ya estamos allí, en la plaza donde se le va a dar el pistoletazo de salida al trail.

Hacia las 9 empieza a llover, y si a esto le sumamos la fría temperatura, nos baja un poquito la moral a todos, ya que nos esperan 31 kilómetros de monte por delante, y como la lluvia no nos dé tregua, las opciones de hacer una buena marca, para mí por lo menos, disminuyen.

9:30.La cabeza de carrera sale disparada hacia Ulia, el primer monte que subiremos. Opto por no arrancar demasiado fuerte, ya que en años anteriores, la carrera se me ha hecho larga, y ese ritmo inicial me ha pasado factura. A los 5 minutos de haber salido, para de llover.Todo sobre ruedas. Poco a poco vamos haciendo un grupito de 8-10 corredores, los cuales llegamos a San Pedro (km.7) en torno a los 45 minutos de haber salido. Allí nos espera un barquito que nos lleva a San Juan en pocos minutos. El chip que llevamos en la zapatilla se ha detenido al montarnos en el barco, y al llegar a tierra se nos vuelve a activar. Así que aprovechamos para comer y beber un poquito, ya que nos espera Jaizkibel, el segundo monte que nos toca subir.24 kms.para la gloria.

Todo sigue bien, eso sí, los primeros síntomas de fatiga empiezan a aparecer en torno al km. 15. De todas formas, el ritmo no cae y seguimos en el pequeño pelotón que hemos improvisado. Hemos pasado ya el tercer avituallamiento y la mitad de carrera está superada.
Empiezo a perder un poco de ritmo en la bajada, y no voy todo lo bien que pudiera ir.Nos vamos acercando al kilómetro 25 y nos quedan 6 para terminar.3 kms. de subida y otros 3 de bajada. La última subida fuerte y todo lo que queda es descendente . Fácil en teoría, pero todo puede complicarse en cuestión de segundos. Lo peor que se puede hacer es confiarse, y soy consciente de ello en todo momento.

Km.28. Último avituallamiento. Llevo 2h.43' y los 3 kms.que quedan los quiero hacer en menos de 17 minutos, para poder bajar de 3 horas. Empiezo con mis cálculos y veo que es muy asequible, ya que mucho se tendría que torcer el asunto para no conseguir el objetivo. Aprovecho para detenerme tranquilamente y comer un poco. Me hidrato por última vez y retomo la carrera. De repente, noto que algo va mal.Un dolor agudo me invade el cuádriceps derecho. Calambres...no es la primera vez que esa sensación tan mala me ataca.Impotencia, dolor, frustración...muchos sentimientos negativos a los que hacer frente.Intento estirar la zona, pero al hacerlo, noto que los isquios también empiezan a subirse hacia el glúteo, y opto por la opción más fácil. Sentarme en el suelo hasta que venga la ayuda divina.Esta ayuda no se hizo esperar mucho tiempo, ya que en unos pocos segundos, un señor muy simpático de la organización de la carrera se acerca a mí y me ayuda con toda su buena fe masajeándome la pierna derecha. Tras muchas intentonas de ponerme de pie, al cabo de que hubieran pasado ya más de 10 minutos sentado y con el señor al lado, la única opción que me quedaba era la de afrontar la nueva misión que se me había encomendado:"Terminar lo más dignamente posible". Me levanto, agradezco de corazón la ayuda que me ha dado al señor, y para abajo. Sé perfectamente que el objetivo de las 3 horas no va a poder ser, asi que me lo tomo con filosofía. Cada paso que doy es un suplicio.Tengo elccuádriceps que parece un ascensor, para arriba y para abajo, pero aún así, llego a Hondarribi pensando que la siguiente edición más y mejor. 3h.14' es lo que marca cuando llego a meta, pero para nada siento que haya sido un fracaso. He terminado, y estoy contento por haberlo podido terminar, porque como bien me decían mis padres: "No dejes nunca nada a medias".
Os seguiré contando próximas experiencias.

1 comentario:

  1. Muy bien luchado, y como tú bien dices, "no ha sido un fracaso". El simple hecho de haber dado todo de ti y el haber acabado con todas las molestias y todo... ya es como una victoria.

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