Golpe en la mesa de la Real Sociedad ante un Valencia que deja a 5 puntos más golaverage, al igual que al Málaga, el otro pretendiente a las cuarta plaza.
La Real llegaba al partido tras un empate frente a Osasuna y sin un Griezmann en uno de sus mejores momentos de la temporada. El Valencia tampoco podía contar con Rami pero con la moral por las nubes al ganar al Málaga y dispuestos a asaltar Anoeta para colarse en el cuarto puesto que defendía la Real.
El Valencia desde el pitido inicial dejó claras sus intenciones, hacerse con el balón y mantenerlo en campo rival, obligando a los jugadores de ataque de la Real a defender y mantenerse lejos de la portería de Diego Alves. Claro ejemplo era el movimiento de Jonas que se introducia más adentro obligando a Carlos Martínez a encerrarse más para dejar hueco a las entradas de Cisshoko, lo que hacía también bajar muchísimo a Vela en ayuda defensiva. Por esta banda llegó el primer gol del Valencia. Gol que nos hizo temer lo peor, ya que el Valencia dueño y señor del balón y tan lejos de la portería pocas opciones y vamos a tener durante el partido.
Tras las jugada polémica de la mano fuera del área de Bravo, en uno de nuestros tímidos acercamientos llegó un saque de esquina más, que tras centro del Chory Castro remató Iñigo Martínez colocando el balón en la escuadra con una rara volea. Empate al descanso, con fuerza y ganas de ganar el partido pero con la duda de cuál debía ser el planteamiento para conseguir la victoria. Tal vez incluso el empate se podía tomar por bueno viendo el ímpetu valencianista y la superioridad que estaban demostrando en el centro del campo.
La Real inicio el partido dos pasos más adelante, aunque el balón siguiese siendo del equipo valencianista, la Real no defendía tan encerrada en su área y las posesiones del equipo rival no estaban siendo tan largas ni tan peligrosas. El tiempo pasaba y las ganas del Valencia por conseguir la victoria pudo descuidar un poco su zaga. En un contra perfecta, conectaron el Chory e Imanol Agirretxe, en la que en dos paredes rapidísimas plantaron al uruguayo frente al porterio valencianista. El Chory no perdono, Anoeta enloqueció y el Valencia tembló. Llegaron los mejores minutos del equipo txuri-urdin, que robaba constantemente y conectaba con la gente de arriba. Con la afición volcada llegó el tercero, en otra contra de libro llevada por Vela que abrió para Prieto que la puso al segundo palo donde esperaba Agirretxe para remachar la faena.
3-1 y el partido visto para sentencia. No acabó ahí la cosa. Cuando Anoeta se disponía a entonar la marcha de San Sebastian Jonas recortó cerca del minuto 90. Quedaba el tiempo añadido y tocaba achicar y enviar balones fuera con la ayuda de Ansotegi. En uno de estos despejes, un balón peleado por el 9 txuri-urdin dejó vía libre al usurbildarra hasta Alves. Agirretxe cogió la moto y se fue a por el brasileño, al que dejó de piedra con un toque sutil que se colaba por encima de su cabeza. Obra de arte para finalizar el partido y acabar con un 4-2 en un gran partido de todo el equipo que peleó, sufrió y luchó por la victoria, como lo hacen los grandes equipos en los momentos más dificiles.
Un partido de pelea, de saber en que momento tienes que pegar y en que momento tienes que retroceder. En estos partidos este equipo esta demostrando su crecimiento. No tiene duda de lo que tiene que hacer en cada situación, sabe cuales son sus virtudes y cuales son sus defectos y sabe aprovecharlos. La prensa internacional ya habla de este equipo, que tan pronto te hace un juego "tiki-taka" como te sorprende con un contragolpe letal. Toca disfrutar del momento.
¿Quién nos iba a decir que este equipo nos iba a llevar a vivir tan rápido esta pelea por Europa? Jugadores como Carlos Martínez, Markel Bergara o Imanol Agirretxe, que han sido más criticados que queridos por la afición, han evolucionado de tal manera que están formando parte de un equipo de Champions. La casta del primero, la fuerza del segundo y la calidad del último suman a este equipo que ha metido la directa hacia la Champions League.
